Ya es conocido que, desde hace mucho tiempo, las organizaciones son cada vez más conscientes de cambiar la perspectiva respecto la gestión del talento, más conocido hasta día de hoy como, la gestión de los recursos humanos. Hoy en día, no se puede entender la gestión de las personas tal y como se hacía hace 70, 50, ni tan solo 20 años. En el blog de hoy te lo contamos todo sobre los recursos humanos: de la gestión al talento como consultoría especialista en recursos humanos.
La mayoría de las empresas, arrastran la gestión de las personas en base a una cultura del pasado. Y no solo las organizaciones, sino el marco legislativo que rige las condiciones laborales de las personas empleadas de nuestro territorio.
Pongámonos en contexto de una forma rápida. Las primeras leyes laborales en España se fundaron en el sigo XIX para regular las condiciones de la industria. No obstante, las condiciones laborales todavía siguen en continuo cambio para adaptarse a la realidad. Cerca del año 2000, con la entrada de la tecnología, nuestra gran protagonista, los cambios que ha sufrido nuestro entorno, a todos los niveles, han sido muy significativos. ¿De qué cambios hablamos? Hablamos de cambios en el ámbito político, social, educativo, cultural, económico, laboral, etc.… Este cambio ha forzado a las organizaciones a adaptarse y a tomar las riendas de la gestión de las personas desde la perspectiva de la gestión del TALENTO.
Teniendo en cuenta que el impulso que ha generado la entrada de la tecnología en nuestras vidas y, más en concreto dentro del mundo empresarial, no solo las empresas han sufrido cambios en adaptar sus equipos y en automatizar sus procesos, sino que han tenido que trabajar en paralelo para lidiar con la gestión de los recursos humanos de forma positiva.
La tecnología ha permitido cubrir muchas de las gestiones manuales que hacían las personas y, con este cambio de paradigma, ¿qué papel juegan las personas en la organización?
Aquí es donde entra en juego el talento.
¿Qué es el talento en la gestión de Recursos Humanos?
El talento en una organización se entiende como el capital humano que aporta valor. La gestión del talento hoy en día hace referencia a que las organizaciones tienen que aprender a potenciar y desarrollar las habilidades de su personal con el fin de aumentar su productividad, retener y fidelizar a sus empleados.
Sabiendo que la tecnología nos ha cambiado nuestra forma de vivir y de trabajar, la gestión de las personas ha dado un vuelco importante y cada vez más se requiere de un talento especializado y que aporte valor a las organizaciones.
¿Son las empresas capaces de atraer talento y retenerlo? ¿Son las personas empleadas conscientes de los cambios de su entorno y de su función en la organización? ¿Disponen las personas de los recursos necesarios para su desarrollo profesional? ¿Qué condiciones laborales y beneficios se aporta a las personas por parte de la empresa?
Diferencia entre Actitud y Aptitud en Recursos Humanos
Aptitud: Hace referencia a los «hard skills», a las habilidades técnicas o conocimientos. El talento, habilidad o destreza que tenemos para llevar a cabo nuestras tareas.
Actitud: Hace referencia a como nos comportamos, como afrontamos las diferentes situaciones tanto de forma positiva como negativa, y está más relacionada con los «soft skills» y la inteligencia emocional.
Si nos ponemos a revisar las descripciones de puesto de trabajo, nos damos cuenta de que básicamente se definen funciones de gestión para ese perfil en concreto y algunas competencias para el desempeño del puesto de trabajo (hard skills). No obstante, en la mayoría de las organizaciones las descripciones de puesto no contemplan las «soft skills». Si lo que las empresas buscan es talento y actitudes concretas, sin olvidarnos que el talento es el capital humano que aporta valor, ¿cómo estamos de seguros que estas personas que se incorporan en la empresa o que ya están en ella nos aportan el valor esperado?
Desde el punto de vista de la organización, hay que poner el foco más allá de las funciones de gestión y empezar a pensar en una cultura organizativa, en los valores y en la actitud de las personas.
Son conceptos que la mayoría de las empresas hacen sin darse cuenta, no obstante, ¿está toda la organización alineada con la cultura y los valores?
Cultura en Recursos Humanos
Dicho de forma breve y concisa, la cultura es un conjunto de valores, principios y normas por las que una empresa se gobierna y que refuerza la estructura de la organización con respecto a la toma de decisiones, el empoderamiento, la creatividad, la innovación, el pensamiento disruptivo, las relaciones entre las personas, el sentimiento de pertenencia y el propio desempeño de trabajo.
En definitiva, la cultura busca un comportamiento esperado por parte del conjunto de las personas que forman la organización.
Entonces, ahora que ya tenemos presente qué es el talento, los cambios que ha aportado la tecnología y la cultura organizacional, ¿cuál es el principal reto al que las organizaciones deben hacer frente?
Se nos presenta un gran reto y es el de atraer al mejor talento y evitar lo que llamamos hoy en día “la fuga de talento”. Para ello, las empresas tienen que contar con una propuesta de valor definida y tener en cuenta los factores clave que los trabajadores han de conocer a la hora de elegir o mantenerse en un trabajo. Algunos de estos factores son: salario, conciliación profesional y personal, ambiente de trabajo, carrera profesional, formación, trabajo en remoto, flexibilidad horaria, etc.…
El gran reto de los Recursos Humanos
Es de vital importancia que una empresa disponga de conocimientos sobre los factores decisivos de las personas. En relación con lo anterior, es clave que se cuente con un plan de carrera, un plan de formación, un plan de conciliación profesional y personal, un modelo cultural y una estructura de toma de decisiones bien definida.
Estas cuestiones, entre otras, son las más relevantes para que una organización aporte valor a las personas, sea más competitiva y por ende alcance el éxito.
Por lo tanto, para afrontar el reto que se nos plantea, debemos tener presente el ciclo de vida de las personas, desde su incorporación hasta la finalización de su relación con la empresa, el estilo de liderazgo, los modelos organizativos que contribuyan a la implicación, participación y empoderamiento de las personas y, finalmente, al sistema de evaluación y reconocimiento del desempeño de las personas.
Este cóctel tiene todos los ingredientes para que las personas desarrollen sus capacidades, aumenten su motivación, su autoestima y por tanto su rendimiento.
No nos olvidemos de que
«El talento debe ser visto como el ingrediente más indispensable para el éxito, pero el éxito también depende de cómo se gestiona ese talento». Allan Schweyer
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